Historia de la marca Señor Valdézar

En 1937, durante la trágica y heroica guerra civil española, un oficial ruso llamado Filip Matveenkov llegó a tierra española. No buscaba gloria ni cumplía órdenes - venía por el llamado del corazón, para ponerse del lado del pueblo, defendiendo a España del fascismo, del dolor y la destrucción que amenazaban su alma.

En uno de esos pequeños pueblos rurales, entre viñedos y aromas de tierra seca, Filip encontró algo más grande que el deber: el amor. Una joven llamada Lucía, con quien compartió una felicidad breve pero radiante. Su historia se interrumpió con la guerra. Filip tuvo que regresar a la Unión Soviética, pero su corazón se quedó para siempre bajo el sol español.

Pasaron décadas.

Y así, 80 años después, su nieto - Vladislav Matveenkov, inspirado por los relatos familiares y el llamado de la sangre, regresó a España. Encontró la misma tierra donde una vez caminó su abuelo. Los mismos viñedos. El mismo viento.

Así nació la marca Señor Valdézar - no simplemente un vino, sino una memoria, una historia y un sentimiento transmitido a través de generaciones.

El propósito del vino Señor Valdézar no es solo saciar la sed, sino regalar una emoción:
- la sensación del lujo español,
- el sabor del amor y el honor,
- y, lo más importante, calidad accesible para todos.

Este vino es para quienes valoran las tradiciones, para quienes buscan no solo una bebida, sino una historia en una copa. Señor Valdézar es España en su forma más pura. Es gratitud. Es amor convertido en sabor.